En los países pobres también puede existen
oportunidades de negocios. Aunque el poder adquisitivo sea muy limitado no
podemos obviar que son un elevado número de potenciales consumidores (ver post Clientes
y proveedores en la base de la pirámide). Esas oportunidades de negocio
pueden mejorar la calidad de vida de los habitantes de esos países por lo que
son uno de los instrumentos de los Objetivos del milenio de la ONU (ver post Empresas
para lograr los objetivos del milenio). Algunas de esas iniciativas están
destinadas a cubrir las necesidades más básicas como el saneamiento
del agua realizado por Vestergaard o una sanidad
asequible como la del hospital Narayan.
Y precisamente en las necesidades más
elementales del hombre y en los datos proporcionados por el Consejo Mundial del
Agua, según el cual, cerca de 2.600 millones de personas no tiene acceso
adecuado a instalaciones sanitarias vieron un negocio los fundadores de Sanergy. Así vieron que podían matar
dos pájaros de un tiro. Mientras propone la construcción de retretes con
equipamientos para lavarse las manos que, a su vez, servirán para recolectar
los desechos que serán transformados en fertilizantes y biogás.
“Cada retrete es una franquicia.
Pertenecerá y será gestionado por un emprendedor local que podrá obtener
beneficios de él”, indica sus promotores. “Nuestro objetivo es que en cinco
años hayamos construido unos 6.000 puestos sanitarios que servirán para
500.000 personas”, agrega, al tiempo que lo resume en datos empresariales:“ podemos
llegar a crear unos 3.000 empleos”, sólo en Kenia.
El proyecto centró sus miradas en
Kenia, donde cerca de ocho millones de personas no tienen acceso a urinarios.
Muchos kenianos tienen que hacer sus necesidades al aire libre o bien pagar por
utilizar letrinas públicas. El MIT creyó en el proyecto y, gracias a las
concesiones económicas, logró enrolar en el empeño a la Universidad de
Nairobi. Llegaron incluso a participar en el concurso MIT 100K sobre futuros
negocios creados por estudiantes del Instituto. De entre los 280 proyectos
presentados, Sanergy logró el gran premio de 100.000 dólares, con 5.000 extras
por su presentación, que terminaba con su curioso lema: “Convertimos la mierda en oro”. Sus creadores asumían que la gente se vería atraída
por el lado social de nuestro proyecto, pero que el negocio tenía que ser viable.
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