El próximo viernes serán
entregados en Oviedo los Premios Príncipe de Asturias. Uno de
los galardonados será Bill Darayton quien acuño el
término emprendedor social para denominar a aquellas personas
que combinan los métodos prágmaticos y orientados a
resultados de un empresario con los objetivos de un reformador
social. Ya hace tres años OE albergó un post sobre el
debate de si
las ONG debían gestionarse como empresas.
Drayton creó en 1984 la
organización Ashoka dedicada a proporcionar financiación
inicial y apoyo a emprendedores sociales de todo el mundo. Además
evalúa el nivel de efectividad el impacto alcanzado por las
ideas de los emprendedores que ha apoyado. Existen otras plataformas
de apoyo a emprendedores sociales como la organización
Endeavor o Good
Capital.
De la misma manera que Schumpeter
expuso la capacidad de transformación de los empresarios al
encontrar un necesidad no resuelta en el mercado e innovar para
satisfacerla, Darayton se fijó en la capacidad de los
emprendedores sociales en trasformar la realidad aplicando una idea
novedosa. Cada uno de ellos percibió una situación que
consideró insoportable y dedicó todos su talento e
ímpetu a transformarla beneficiando a toda la sociedad.
Si el desarrollo de los negocios en los
siglos XIX y XX gracias a los emprendedores y la competencia permitió
el aumento del ingreso per cápita de una manera espectacular
cuando se había mantenido estable desde la época
romana, el apoyo a los emprendedores sociales trata de obtener un
resultado similar en la mejora en el sector social. En los últimos
años el número de organizaciones ciudadanas ha tenido
un crecimiento exponencial en todos los continentes y el empleo del
sector social crece más del doble que en los negocios
tradicionales.
Los emprendedores sociales pueden
desarrollar su labor a través de iniciativas sin ánimo
de lucro, pero la viabilidad de esta alternativa resulta cada vez más
compleja debido a la dependencia continúa de fondos de manera
recurrente. Por esa razón cada vez se impulsan más las
empresas
sociales, aquellas empresas que desarrollan una función
social pero que son autosostenibles financieramente ya que su
objetivo es generar los recursos que precisa aunque no distribuya
beneficios entres sus accionistas. No reporta beneficios pero tampoco
incurre en pérdidas.
Otra alternativa son la empresas que
persiguen un fin social pero a la vez lograr un lucro para sus
propietarios. Un ejemplo sería las empresas de inserción
como el caso del fabricante de postres lácteos
La Frageda. En este caso se produce muchas veces el debate sobre
si prevalece el objetivo social o el fin de lucro como en el caso de
la disyuntiva sobre si los microcréditos deben ser rentables.
No sorprende que Drayton sea
galardonado con el Premio Príncipe de Asturias ya que estos
premios son muy receptivos con el papel de la empresa en la mejora de
la humanidad. Así lo refleja los reconocimientos anteriores a
Mohammed
Yunnus, impulsor de las empresas sociales, o a varias empresas
con ánimo de lucro, como Google
o El País, algo inusual en este tipo de galardones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario