La empresa o el estado nos incentivan a tomar malas decisiones. La solución parece sencilla pero neuroeconomía nos la recuerda citando a George Loewenstein:
“comprender los mecanismos que nos hacen tomar malas decisiones, de modo que podamos diseñar los incentivos y programas necesarios para compensar los sesgos irracionales”
No hay comentarios:
Publicar un comentario