Una de refranes: el ojo del amo engorda el caballo. La propiedad se acrecienta más cuando el dueño la controla directamente.
Esto se comprueba en el caso de sociedades con un capital más concentrado que logran una rentabilidad mucho mayor que las de capital disperso controladas por
administradores que no son los dueños y donde surgen
problemas de agencia. Ya nos lo advertía
Gordon Gekko.
Pero eso también ocurre en las organizaciones sin ánimo de lucro como muestra un estudio de la Universidad de Valladolid donde las fundaciones con una financiación más concentrada logran una mayor eficiencia asignativa.

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