
Cuando Alfred Nobel instauró los premios que llevan su nombre lo hizo con el deseo de dar un respaldo económico a los mejores pensadores para que pudieran seguir desarrollando su labor. Al final el premio se ha transformado en un reconocimiento a toda la carrera de grandes científicos debido a que a la edad que son galardonados difícilmente harán aportaciones ulteriores.
El último galardón en Comunicación y Humanidades ha sido otorgado a la empresa Google en el siguiente acta:
Al poner de forma instantánea y selectiva al alcance de centenares de millones de personas el enorme caudal de información de Internet, Google ha hecho posible, en apenas una década, una gigantesca revolución cultural y ha propiciado el acceso generalizado al conocimiento. De este modo, Google contribuye de manera decisiva al progreso de los pueblos, por encima de fronteras ideológicas, económicas, lingüísticas o raciales.
No es la primera vez que el premio recae en una empresa, ya recayó en el diario El País del Grupo Prisa o en el grupo brasileño de comunicación O globo, pero el carácter de enorme multinacional ha levantado ampollas. Se trata de premiar a una empresa por hacer lo que es su objeto social y lo que le reporta unos beneficios inmensos. Así lo señalan desde el diario El País:
Eso lleva a recordar la mitificación del voluntariado. ¿Sería más encomiable la labor de una organización sin ánimo de lucro que hubiera desarrollado un producto peor que no hubiera ayudado tanto al proceso de información en la red pero que no hubiese ganado dinero con ello o la de Google que ha ayudado enormemente a transmitir la información de millones de personas pero que a cambio a obtenido pingues beneficios? ¿No son esos beneficios un reflejo de todo lo que ha aportado a Google a todos sus usuarios?
Reporteros sin Fronteras (RsF) y Amnistía Internacional, por ejemplo, han sido muy críticas con la compañía y los productos que desarrolla. El miembro de la junta directiva de RsF Mercedes Arancibia no expresaba dudas ayer sobre si Google merecía el galardón de Comunicación, aunque sí se mostró rotunda en lo que respecta a Humanidades: "No se lo merece, porque está participando en la censura a los internautas en algunos países, como es el caso de China".
La compañía, que ha accedido a censurar en la versión china de su buscador términos como "derechos humanos" o "Tiananmen", argumenta que el Gobierno chino impone sus leyes a las empresas extrajeras y que es mejor eliminar algunos términos que privar del servicio a los navegantes. China es el país con más internautas del mundo, más de 221 millones, y donde el negocio potencial registra un mayor crecimiento.
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